Presentación

"El trabajo no debe ser vendido como mercancía, debe ser ofrecido como un regalo a la comunidad"

Ernesto Che Guevara



Por el derecho que tienen los pueblos a saber su propia historia. Por el derecho a conocer sus tradiciones y cosmovisión indígena. Por el derecho a conocer la leyes que los amparan. Por el derecho a socializar el conocimiento liberándolo de la propiedad privada, del autor individual, la editorial, la fundación, la empresa, el mercado y cualquier otro tipo de apropiador que ponga precio a lo que es patrimonio de la humanidad.

Siguiendo el ejemplo de la cultura del regalo que practican los pueblos originarios de todas las latitudes y en la conciencia de que el otro, es también mi hermano: “sangre de mi sangre y huesos de mis huesos”, concepto que los indígenas de Venezuela resumen con el término pariente, he desarrollado esta página, con la idea de compartir estos saberes, fruto de años de investigación en el campo antropológico, para que puedas hacer libre uso de un conjunto de textos, muchos de los cuales derivaron del conocimiento colectivo de otros tantos autores, cuya fuente ha alimentado mi experiencia humana y espiritual.

A mis maestros quienes también dedicaron su vida a la investigación en este campo, apostando de antemano, que por este camino jamás se harían ricos, a los indígenas que me mostraron sus visiones del mundo, a los talladores, ceramistas, cesteros, tejedores, indígenas y campesinos que me hablaron de su oficio.

A Roberto y a Emilio quienes murieron en la selva acompañándome en aventuras de conocimiento, a mis colegas de los equipos comunitarios de Catia TVe, a los colegas de los museos en los que he trabajado, a mis compas de la Escuela de la Percepción, a mis amigas que me han apoyado y a los que me han adversado, mi mayor gratitud.

Lelia Delgado
Centro de Estudios de Estética Indígena
Leliadelgado07@gmail.com

jueves, 9 de junio de 2011

Pueblos Originarios: PEMÓN





Siglo XVIII No se tiene fecha precisa de la ocupación inicial del territorio Pemón. Hacia 1750, grupos conocidos como Arekuna, Karamakoto, Ipurugoto, habitaron la parte sur del Estado Bolívar, la vecina Guyana y la zona limítrofe con Brasil. En 1772,  fray Tomas de Mataró narra en su crónica la existencia de la nación  Camaragota en el río Paragua. Hacia  1774  fray F. De Vich registra en sus crónicas, enfrentamientos  y  quema de campamentos españoles por parte de indígenas en la boca del río Karun. Hacia las primeras décadas del S XVIII, los misioneros capuchinos del río Caroní, comenzaron a movilizar indígenas desde la zona del Caroní medio, a las misiones establecidas en el  bajo Caroní. Siglo XIX Fray Ramón Bueno quien desarrolló actividades misioneras en el  Orinoco,  entre 1785 y 1804, señala que los indígenas de esa misión estaban obligados vestirse como criollos   y trabajar en las haciendas ganaderas que eran propiedad de esas misiones. La guerra de independencia  y la oposición de los indígenas a dejarse reducir a condición de esclavos de los misioneros, trajo como consecuencia  el colapso de las misiones  del Orinoco. Hacia  1830, se introduce en la zona la religión Aleluya, movimiento evangelizador que promovió  un  sincretismo entre formas tradicionales de los pueblos  Caribes;  Makushi, Akawayo,  Pemón  y  elementos cristianos anglicanos. Esta nueva religión  desplazó casi por completo las tradiciones originarias de los indígenas  Pemón, quienes ya a finales del S XIX,  se encontraban completamente aculturados. Siglo XX La penetración misionera cristiana  continuó a lo largo de todo el  S XX,  con la entrada del misionero jesuita Cary-Elwes a la Gran Sabana, en 1912. Posteriormente  entre 1927 y 1930, se asentaron las misiones adventistas, en el Arabopo  y en Acurima, hoy Santa Elena de Guairen. En  1945 comienza la explotación diamantífera, que atrae un movimiento de mineros ávidos de riqueza rápida,  con ellos entraron también  las epidemias y  enfermedades desconocidas hasta ese momento en la región,  contra las cuales los indígenas no tienen ni defensas ni medicinas. De igual manera llegaron  las  mercancías criollas: telas, ropa, cuchillos, machetes,  hachas , anzuelos y escopetas.

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