Presentación

"El trabajo no debe ser vendido como mercancía, debe ser ofrecido como un regalo a la comunidad"

Ernesto Che Guevara



Por el derecho que tienen los pueblos a saber su propia historia. Por el derecho a conocer sus tradiciones y cosmovisión indígena. Por el derecho a conocer la leyes que los amparan. Por el derecho a socializar el conocimiento liberándolo de la propiedad privada, del autor individual, la editorial, la fundación, la empresa, el mercado y cualquier otro tipo de apropiador que ponga precio a lo que es patrimonio de la humanidad.

Siguiendo el ejemplo de la cultura del regalo que practican los pueblos originarios de todas las latitudes y en la conciencia de que el otro, es también mi hermano: “sangre de mi sangre y huesos de mis huesos”, concepto que los indígenas de Venezuela resumen con el término pariente, he desarrollado esta página, con la idea de compartir estos saberes, fruto de años de investigación en el campo antropológico, para que puedas hacer libre uso de un conjunto de textos, muchos de los cuales derivaron del conocimiento colectivo de otros tantos autores, cuya fuente ha alimentado mi experiencia humana y espiritual.

A mis maestros quienes también dedicaron su vida a la investigación en este campo, apostando de antemano, que por este camino jamás se harían ricos, a los indígenas que me mostraron sus visiones del mundo, a los talladores, ceramistas, cesteros, tejedores, indígenas y campesinos que me hablaron de su oficio.

A Roberto y a Emilio quienes murieron en la selva acompañándome en aventuras de conocimiento, a mis colegas de los equipos comunitarios de Catia TVe, a los colegas de los museos en los que he trabajado, a mis compas de la Escuela de la Percepción, a mis amigas que me han apoyado y a los que me han adversado, mi mayor gratitud.

Lelia Delgado
Centro de Estudios de Estética Indígena
Leliadelgado07@gmail.com

lunes, 6 de junio de 2016

Arco Minero y Minería "Ecológica"




 Los pueblos originarios,  en medio de traficantes, mercaderes, fundamentalistas religiosos y mineros ávidos, cuyo mercurio letal trepa desde el Orinoco hasta las más tiernas nervaduras vegetales, envenenándolo todo. La propuesta del “Arco Minero”, compromete no solo su vida sino que apuñala signos, mitos, ritos y cantos. Hagámonos consientes de las miles de vidas condenadas a sucumbir, llevándose consigo el recuerdo del jaguar y la anaconda, las aves ancestrales, ranas, monos y lagartos, pues ni arcos ni flechas superaran la efectividad de las armas de fuego, ni curiaras con canalete alcanzaran al motor fuera de borda de altísima cilindrada, ni cantos y danzas, toques de maracas y sonidos de flautas sagradas, podrán curar las nuevas enfermedades, producto de la estela de contaminación que van dejando los venenos y químicos letales de la nueva minería “ecológica” .Lelia Delgado  NO AL ARCO MINERO