Según la cosmogonía hiwi, el mundo es
producto de un conjunto de seres sobrenaturales, obra sagrada en su propia
naturaleza. Mientras el mundo fue hecho en un solo intento, los hombres,
creados por el héroe cultural Kúwai, son el resultado de una aventura demiúrgica
que implicó una serie de intentos consecutivos. Primero Kúwai elaboró figuras
de barro que se desmoronaron con la lluvia; luego las hizo en cera. Pero las
imágenes del hombre se derritieron con el sol. En un tercer intento, hizo
imágenes de madera dura. Un ratón mítico les hizo pene y vagina para que así
comenzara la reproducción24.
El panteón hiwi es extenso. A Kúwai,
creador supremo y jefe de todos los héroes culturales, le siguen otros héroes
civilizadores: Purunáminali, padre de los hombres no pertenecientes a su etnia;
Iwinai, quien enseñó a los hiwi a construir viviendas; Tsámini, quién les
procuró el cultivo de las plantas alimenticias; Matsúludani les proporcionó la
técnica para la fabricación y el uso del arco y la flecha; Madúa aportó las
diversas lenguas y el arte de hacer curiaras25.
Además de los héroes civilizatorios el
panteón hiwi cuenta con otras figuras míticas: Yámaxa, espíritu del trueno y
creador de las serpientes; Dówati, ser maligno devorador de almas humanas;
Kuliwakúa, ladrón de cadáveres; Masiphéphere, esquelético heraldo de la muerte.
A este grupo pertenece una serie de espíritus malignos, grotescos, que invaden
temporalmente plantas, animales y el cuerpo de los hombres, causando
enfermedades. Existen otras figuras míticas como los Mánu, padres de los ríos y
protectores de los animales26.
Según sus creencias, todos los seres
humanos y animales poseen dos almas: yéthi
y húmpe. La primera es invisible y
abandona el cuerpo mientras se duerme para aparecer en los sueños de otros
hombres. La segunda se separa del cuerpo con la muerte. Esta última viaja a la
morada del Kúwai, una suerte de cielo en donde goza de plenitud y abundancia de
alimentos. Cuando un chamán muere, su húmpe
va a vivir dentro de una gran serpiente en el fondo de algún río de su
territorio.
La principal autoridad religiosa de los
hiwi es el chamán. Su sabiduría, poder y habilidad se dirigen a la cura de
enfermedades. Por esta razón se aproxima a las entidades espirituales. Además,
tiene una gran capacidad para influir en los dioses creadores, con quienes
entra en contacto durante el trance inducido por la ingestión de yopo, polvo
alucinógeno que inhala a través de un hueso de ave en forma de Y.
El chamán hiwi escoge su profesión o la
hereda de su padre en un largo proceso de aprendizaje que debe pagar en bienes
materiales o trabajo; el futuro chamán adquiere gradualmente un conjunto de
conocimientos que modifican de forma radical su concepción del mundo. En la
experiencia mística se le revelan secretos sobre los cuales se funda su
conducta moral27.
Los instrumentos fundamentales de su
poder radican en una piedra mágica llamada wánali.
Se trata de un fragmento de roca cristalina. Con sólo agitar esta piedra, el
chamán puede causar enfermedades y muerte a sus enemigos. Ésta le sirve para
descubrir y castigar al responsable de una muerte28. Otras armas del
poder chamánico son invisibles rayos del pensamiento que penetran en el cuerpo
de sus víctimas y causan enfermedades y muerte entre ellos están el súdiwapo y el yúnabo, rayos de pensamiento, el primero cristalino, diáfano y
recto, que causa dolores agudos, arma que sólo actúa mediante la inhalación de
yopo que contenga polvo de cuarzo; el segundo, rayo de pensamiento rojo que
actúa mediante la inhalación de cuarzo rojo29.
Según los hiwi, las enfermedades son
causadas por intrusión de espíritus, transgresión de tabúes, “mal de ojo” y
hechicería. Ellas están relacionadas con una creencia según la cual los
espíritus son atraídos por el olor de la sangre fresca o por la cocción de la
carne. Los espíritus causan enfermedades menores que son curadas con plantas
medicinales, reposo, baños e ingestión de abundante agua. Toda transgresión de
las normas y tabúes tiene similares consecuencias y tratamientos.
El “mal de ojo” es causado por la
mirada de un chamán maligno. Éste es la fuente de todas las enfermedades
graves. Su cura amerita la intervención del chamán y de sus espíritus
auxiliares Málike y Málikai y un tratamiento que incluye danzas, cantos, toque
de maraca, soplos, masajes, succión e ingestión de plantas medicinales.
NOTAS:
1. En la literatura etnográfica se les
llama con muchos términos, éstos entre otros: hiwi, guajibo, guajivo, guayva,
guagiva, guaiva, gaivo. De los términos guajibo, cuiva y chiricoa no son de
origen hiwi. Aunque se desconoce su etimología hiwi y chiricoa provienen del
nombre que los pumé (yaruro) dan a los hiwi. (Donald J. Metzger y Robert V. Morey, 1983, p. 133).
2. Ibid., op. cit., pp.
133-134.
3. Gerardo Reichel-Dolmatoff, 1944,
p. 437.
4. Donald J. Metzger y Robert V.
Morey, op. cit., pp. 131-132.
5. Johannes Wilbert, 1966, p. 74.
6. Francisco Tamayo, 1972 1, pp.
22-32.
7. Ibid.,
pp. 3-77.
8. Sobre historia del grupo se consultó
en Donald J. Metzger y Robert V. Morey, op.
cit., p. 135.
9. Sobre actividades de subsistencia
véase: Donald J. Metzger y Robert V. Morey, op.
cit., pp. 138-150.
10. Ibid., p. 146.
11. Donald J. Metzger y Robert V.
Morey, op. cit., p. 146.
12. Ibid., p. 148.
13. Gerardo Reichel-Dolmatoff, op. cit., pp. 44-48.
14. Donald J. Metzger y Robert V.
Morey, op. cit., p. 152.
15. Ibid., p. 152.
16. Ibid., p. 152.
17. Ibid., pp. 151-152.
18. Ibid.,
p. 158.
19. De acuerdo con estos autores, no
existe en lengua hiwi la palabra “jefe”. (ibid.,
p. 197).
20. Sobre normas de parentesco hiwi
consultar en Johannes Wilbert, op. cit.,
pp 79-83.
21. Ibid.,
p. 81.
22. Observa Johannes Wilbert que un
extranjero también puede disfrutar de amistad y atención de una familia, aunque
siempre sea considerado como extraño u owoweinï
(ibid., p. 81).
23. Sobre el mundo mágico-religioso
hiwi se consultó en Donald J. Metzger y Robert V. Morey, op. cit., pp. 200-205.
24. Ibid., p. 200.
25. Ibid., pp. 200-201.
26. Ibid., p. 203.
27. Ibid., p. 203.
28. Ibid., p. 204.
29. Ibid., pp. 204-205.
No hay comentarios:
Publicar un comentario