Presentación

"El trabajo no debe ser vendido como mercancía, debe ser ofrecido como un regalo a la comunidad"

Ernesto Che Guevara



Por el derecho que tienen los pueblos a saber su propia historia. Por el derecho a conocer sus tradiciones y cosmovisión indígena. Por el derecho a conocer la leyes que los amparan. Por el derecho a socializar el conocimiento liberándolo de la propiedad privada, del autor individual, la editorial, la fundación, la empresa, el mercado y cualquier otro tipo de apropiador que ponga precio a lo que es patrimonio de la humanidad.

Siguiendo el ejemplo de la cultura del regalo que practican los pueblos originarios de todas las latitudes y en la conciencia de que el otro, es también mi hermano: “sangre de mi sangre y huesos de mis huesos”, concepto que los indígenas de Venezuela resumen con el término pariente, he desarrollado esta página, con la idea de compartir estos saberes, fruto de años de investigación en el campo antropológico, para que puedas hacer libre uso de un conjunto de textos, muchos de los cuales derivaron del conocimiento colectivo de otros tantos autores, cuya fuente ha alimentado mi experiencia humana y espiritual.

A mis maestros quienes también dedicaron su vida a la investigación en este campo, apostando de antemano, que por este camino jamás se harían ricos, a los indígenas que me mostraron sus visiones del mundo, a los talladores, ceramistas, cesteros, tejedores, indígenas y campesinos que me hablaron de su oficio.

A Roberto y a Emilio quienes murieron en la selva acompañándome en aventuras de conocimiento, a mis colegas de los equipos comunitarios de Catia TVe, a los colegas de los museos en los que he trabajado, a mis compas de la Escuela de la Percepción, a mis amigas que me han apoyado y a los que me han adversado, mi mayor gratitud.

Lelia Delgado
Centro de Estudios de Estética Indígena
Leliadelgado07@gmail.com

sábado, 27 de agosto de 2011

La epopeya de los creadores

El tiempo transcurre lentamente mientras los abuelos sabedores cuentan la  epopeya de los creadores de cosmos;   Mareoka,  Maleiwa, Wanadi,  o Kuma,  la paridora del sol,  que regresa sobre sí misma cada día en el lomo de los cerros primordiales, puede ser el Autana,  el Yapacana o el  Kushma-Kari, con sus 2.000 millones de años  a cuestas. Allí todo  habla del la inmensidad del espacio, pero también del tiempo circular, aquel que no precisa de complejos aparatos para medir el sistema calendario, basta el movimiento visible de las estrellas,  los cambios de la luna,  la salida y ocaso de la deidad solar, para saber que también  han cambiado los segmentos temporales y se ha entrado en una nueva  estación. 

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